El conflicto armado en Colombia sigue dejando víctimas, tragedias y huellas imborrables en la memoria de inocentes, sin embargo a veces la esperanza renace en medio del dolor y el horror de la guerra evitando una amputación de sueños.
Dailer es un joven indígena de 18 años pertenece a una comunidad embera que habita un territorio conocido como San Cristobal en el departamento del Chocó, habla poco español y aunque su vocabulario se queda corto, cuenta la odisea que vivió desde el momento en el que pisó una mina antipersona mientras adelantaba sus labores en septiembre de 2022.
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“Cuando pisé la mina, no sentí nada, solo recuerdo cuando estaba en el suelo y miré así mi pierna” manifiesta el joven.
La travesía de la amputación
Recibir atención medica implicó una larga travesía en lancha durante tres horas y media hasta llegar a la población de Puerto Meluk, luego fue trasladado a Istmina, posteriormente a Quibdó Y finalmente a Medellín, sin embargo su pronóstico no era muy alentador.
“Estabamos cerca a una quebrada, ahí estaba el ejército que me pusieron un medicamento para el dolor, luego seguimos en lancha y a las 5 de la tarde llegamos a Istmina y después a Quibdó. Los médicos me decían que no tenían cura, que querían amputarme y yo no quería, me decían que no había nada que hacer y yo no quería eso.”
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Luego de dos meses internado en una clínica de Medellín y con una inminente amputación ya programada, su familia en Cali busca una segunda oportunidad, sin embargo el traslado hasta la capital vallecaucana no se dio por la EPS, por lo que tuvieron que firmar un alta voluntaria y costear el traslado de manera particular.
“La ambulancia nos costó $2 millones de pesos. Nos tocó reunirlos a la familia, es doloroso porque algunos tuvieron que vender o empeñar sus cositas para poder reunir esos dos millones para el traslado aquí a Cali.” manifiesta Edileo Osorio, primo de la víctima.
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Cali la ciudad de la esperanza
En Cali la respuesta en tres centros asistenciales fue la misma: amputación, hasta que una reconocida clínica le brindó atención adecuada y tras una intervención quirúrgica lograron salvar su pierna.
“Cuando ingresó llegó en un estado de desnutrición y de abandono que hacía más sombrío el pronóstico de su extremidad, aquí en la clínica le dimos un manejo integral y logramos un procedimiento exitoso”. Manifiesta el doctor Jhon Jairo Pérez, especialista en ortopedia y traumatología clínica Imbanaco.
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Los sueños no se amputan
Ahora a Dailer le espera una larga recuperación en Cali y apela a la solidaridad de los caleños para lograr completar su tratamiento que requiere una permanente vigilancia medica, una estricta dieta y un lugar donde residir, por lo que su regreso al Chocó aun no es conveniente.
“yo quiero vivir en Cali con ayuda, sino me ayudan quiero volver a mi comunidad otra vez… yo quiero estudiar terminar mi bachillerato y estudiar música, ese es mi sueño. manifiesta el joven que se muestra agradecido con el especialista y el centro asistencial que salvó su pierna.
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