El reino etéreo es el encargado de proteger la naturaleza, por eso donde hay bosques y selvas se puede contactar con estas entidades que algunos conocemos como duendes, hadas, gnomos y demás, en ese sentido estas criaturas estarían cuidando de los niños sobrevivientes al accidente aéreo en Guaviare.
Ahora bien, hablamos con Alfonso Vidal, un artista plástico caleño que asegura que las entidades de este reino tienen a los niños en su poder y están esperando que desde el lado humano, haya una propuesta de protección para ellos.
“Somos cuerpo físico y cuerpo astral, somos partícula y somos onda. Eso lo dice la física cuántica y por lo tanto, si somos cuerpo físico, también somos un cuerpo astral y yo hago viajes astrales y puedo proyectarme en el mundo etéreo.” asegura Alonso Vidal, artísta plástico y experto en entidades etéreas.
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La protección etérea que cuida de los niños sobrevivientes
El contacto se dio tras siete días de intentar conexión astral hasta que dio frutos y se estableció comunicación.
“Hice contacto con entidades del reino etéreo que son de esa región, de ese sector de Caquetá que estuvieron cercanos al momento del accidente, asumieron la protección de los niños. Ellos tienen un compromiso que adquirieron con la mamá de los niños antes de que ella muriera y por esa razón lo están cuidando y quieren entregarlos a lo que ellos ven, como las aldeas que están integradas a la selva”. explica Vidal
En 18 aldeas indígenas no contactadas se rechazan los valores de nuestro mundo y eso dificulta la comunicación.
“Lo primero que ellos me preguntan es que derecho nos asiste a nosotros a reclamar los niños que si nosotros arguyen que protegemos, cuidamos a los niños. Ellos saben que no es así, no saben que que ahí hay mucho abandono y mucho abuso y mucha desnutrición en los niños”.
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De la garantía sobre la protección de los cuatro niños que estarían confiados a estas entidades, dependería su regreso a la civilización.
Según el experto, estas entidades afirman que en el territorio no ven presencia distinta a la de hombres armados. No distinguen si legales o ilegales y por lo tanto esperan que haya una presencia distinta a ésta para poder devolver los niños.
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