Al nacer después de dar el primer aliento que llena de oxigeno los pulmones, la mayoría de seres humanos explotamos en llanto. Es la bienvenida que nos da la vida a este mundo, sin embargo el nacimiento de Jose Luis Quijano no fue algo común. El 23 de abril de 1997 como un designio divino llegó al hogar de Constanza Lizcano y Víctor Quijano el segundo hijo de su matrimonio.
“Mi hermano nació sonriendo, el médico le dijo a mi mamá, mire su hijo nació con una sonrisa; está para grandes cosas en esta vida” entre lagrimas recuerda su hermano Manuel Quijano.
Y es que esas palabras de aquel médico se convirtieron en un decreto, su infancia estuvo marcada por el carisma de un niño inquieto y sociable con ganas de conquistar un mundo, que si bien no existía, era capaz de construirlo con su imaginación.
“De pequeño era demasiado inquieto, le gustaba el arte. En la cuadra donde vivíamos armaba un circo, colocaba toldillos, cobijas o sábanas e invitaba a los vecinos… y la gente llegaba y decía: ese niño tan carismático. ¡Qué recuerdo tan bonito! Siempre fuimos muy unidos, así entre risas lo recuerda su hermano.
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El llamado artístico de Jose Luis
En el mismo espacio donde tantas veces se sentó Jose antes de los consejos de redacción, con un par de muebles y el frío del aire acondicionado que no se compara al frío de su ausencia, entablamos una conversación con su hermano; nostálgica pero tan sincera y cercana como si su presencia estuviera allí entre su familia y amigos de trabajo.
Y es que la vena artística de este joven lo llevó a estudiar licenciatura en arte dramático en una de las mejores universidades públicas del país, hasta que la pluma, los micrófonos y las cámaras le hicieron el llamado al mundo del periodismo.
“Una vez llegó y dijo: -Apá ya no quiero estudiar más en la Univalle, ya no quiero más arte dramático, quiero algo de periodismo y comunicación en la Autónoma… Lo que quería hacer siempre lo lograba y es algo muy bonito de mi hermano que tengo en este momento, y siempre lo voy a tener hasta que Dios me tenga aquí en esta tierra. Todo lo hermoso y cálido que era mi hermano, como la gente lo amaba”, agrega Manuel.
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Un sueño que se materializó en TP Noticias
La llegada de Jose Luis a nuestra casa periodística se dio en una época de cambios y retos que asumió con todo el profesionalismo y aunque llegó siendo practicante, rápidamente se adaptó al ritmo y se puso al nivel de periodistas experimentados.
Así lo recuerda una de sus amigas, la periodista y corresponsal de RCN, Marcela Tunjo: “Era una persona que siempre estaba dispuesta a ayudarte, nunca lo escuchabas enojado, amaba lo que hacía; tenía un talento innato para el periodismo, siempre se lo dije… que el tenía eso que muchos periodistas buscamos y con lo que que se nace, un talento natural.”
“Cuando por alguna razón se le corregía, se le hacía un llamado, siempre tenía una sonrisa, siempre me decía Armando, ¡muchísimas gracias! yo sé que esto me fortalece, quiero cumplir mis metas y mis sueños”, manifiesta nuestro director Armando Gamboa.
Todo el talento humano de nuestro canal Telepacífico que tuvo contacto con el joven periodista, destaca las cualidades que lo llevaron a hacer de esta casa, el lugar donde se materializaron sus sueños.
“Recuerdo ese primer momento cuando nos conocimos, verlo tan juicioso en el máster observando la emisión de nuestro noticiero, porque además tuve el privilegio y la fortuna de acompañarlo cuando empezó su camino profesional… nuestras madrugadas, nuestras risas, nuestras charlas; definitivamente era un joven lleno de sueños, con un corazón genuino y bondadoso como el solo” expresa Estephania Tabima, presentadora de Telepacífico Noticias.
“Un hombre muy alegre, muy creyente, bondadoso y muy ‘camellador’, entregado a su labor y enamorado de su profesión; siempre dispuesto a lo que le pusieran. Muy ansioso, pero siempre cumplía con lo que le ponían, siempre dispuesto a crecer y aprender”, recuerda Jose Moreno, editor audiovisual de Telepacífico.
La calidad humana de Jose Luis
Además de su profesionalismo, su calidad humana lo llevó a establecer relaciones interpersonales en el marco del respeto y la solidaridad.
“Era un pelado que cuando notaba alguna dificultad en alguno de nosotros siempre nos daba ánimo. En mi paso por el noticiero tuve la oportunidad de compartir mucho tiempo con él… Me quedo con su alegría, era un joven muy alegre y muy positivo en cada cosa que se proponía y se proyectaba a hacer, siempre decía ¡lo voy a hacer! y en esas metas a corto plazo se veía el resultado” Recuerda la periodista Jackeline Salazar.
La paciencia y la disciplina del joven marcaron también a sus colegas, así lo expresa Cristian Velasco, amigo, compañero de práctica y hoy periodista de esta casa: “Lo que me enseñó Jose lo atesoro en mi corazón, fue ese primer tutor en mi vida profesional, el que tuvo la paciencia para enseñarme algunas de las dinámicas del noticiero, tanto de producción como de periodismo; hicimos muy buen equipo y de allí nació una bonita amistad. Me duele su partida y lo recordaré siempre.”
“La bondad y nobleza de él era increíble. Como experiencia y anécdota recuerdo el primer día de su práctica, yo me estaba recuperando del Covid y justo ese día la productora me pidió que le diera la inducción; yo llegué como a las 6 am y ese man había madrugado como desde las 5 y algo, y desde allí empezamos a hablar, muy buen pelado”, recuerda el periodista Alejandro Castrillón.
El legado de Jose Luis
“Agradecido siempre… yo creo que eso es lo que voy a tener presente de Jose Quijano… era tan buen ser humano, tan bondadoso, tan inspirador para algunos, que seguramente esa era su meta, enseñarnos eso….siempre vimos proyección en él, le ofrecimos que se quedara después de su práctica en Telepacífico Noticias, que lo hizo muy bien; no quiso hacerlo porque tenía claras sus metas y era cumplir sus sueños en Estados Unidos, en otro idioma y eso era lo que estaba logrando” agrega el periodista y director Armando Gamboa.
Como lo expresa nuestro director, de Jose nos quedamos con su carisma y alegría, con esa capacidad de ver la vida, desde su nobleza y amor por este oficio, el cual seguiremos ejerciendo con toda la responsabilidad y pasión como él lo hacía.
En su memoria
Dice el autor español Juan José Millás que “La escritura abre y cauteriza al mismo tiempo las heridas” y este es precisamente un ejercicio de memoria y sanación. Hoy perdemos a un amigo, compañero y a un excelente profesional, pero la sala de redacción de la eternidad ha ganado un talentoso periodista.
En su memoria este artículo que publicamos con el corazón destrozado, pero con la gratitud eterna de haber compartido con él.
Solidaridad con su familia y ¡Paz en su tumba!
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El joven periodista había emigrado hace un año a Estados Unidos siguiendo el sueño americano, lastimosamente el pasado lunes sufrió un accidente en el vehículo donde se movilizaba con su padre por las carreteras de Oklahoma y ambos perdieron la vida.
La familia está a la espera de una visa humanitaria para que su madre pueda asistir a las honras fúnebres. Hacen un llamado a la Cancillería y a la Embajada de Estados Unidos para agilizar el trámite.
Además del golpe emocional lidian con la tarea de conseguir los recursos económicos para los gastos funerarios y el viaje. Si usted desea solidarizarse con la familia puede hacerlo a través de la cuenta de ahorros de Bancolombia No 514-000075-22 a nombre de Manuel Quijano.
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